La finca Montealegre está abierta a todos aquellos, que busquen un lugar especial y totalmente diferente a todo lo que estén acostumbrados a ver.
Montealegre, es una finca de labor, donde sus propietarios viven, desde hace generaciones, del cultivo de los cereales, del ganado y de la caza que abunda en la misma.
Hace unos años, Chata del Aguila, la mujer del último descendiente de esta familia, estaba cansada de ver los lugares de celebraciones que había conocido durante años, los precios que se cobraban y el trato que se dispensaba a los clientes.
Así que decidió emprender un nuevo concepto de reunión, tanto de empresa como de boda, “diferente” a todo lo que existía hasta ese momento.
Fue entonces cuando, además de la agricultura, la ganadería y la caza, en Montealegre se crea un lugar de ensueño y totalmente distinto a todo lo que existe en el mercado. Tanto el centro de reuniones, dentro de la casa principal, como la carpa, única en España por su configuración, con un patio central para bailar a la vista de todos los invitados, quedaron terminados en un año y listos para comenzar.
Nadie confió en ese proyecto tan ambicioso que Chata había creado. Las empresas empezaron a llegar con cuenta gotas y con desconfianza. Los novios no se creían lo que les habían contado y pensaban que su boda les saldría por un ojo de la cara, por el lujo y la magnificencia de la carpa. Chata empezó con dos eventos en el año 2002 y con cinco bodas en el 2005. En el año 2008, se celebraron 63 eventos de empresa y en el año actual, se están celebrando cincuenta bodas de chicos que han estado esperando, casi dos años, para conseguir una buena fecha.
Chata vive en la finca y se ocupa, personalmente de los eventos de empresa y de cada una de las parejas que vienen desde todos los lugares de España, a casarse en Montealegre, desde la primera visita hasta casi, la terminación de su boda. Nunca deja en manos de otras personas, ni la organización de un evento, ni de la boda civil, ni del banquete, ni de todos los caprichos de los novios para su boda y el banquete posterior.
La finca salvaje, donde se mantienen las mismas costumbres de los antecesores: la matanza, la elaboración de quesos manchegos a mano, las conservas, etc., con 600 Ha. de monte, caza, encinas, etc. los jardines y patios de la casa para que, tanto los empresarios elijan el lugar para las actividades, como los novios el lugar para la ceremonia civil y para el aperitivo, la espectacular carpa, la calidad de la comida preparada en el momento, en la cocina de la casa para los empresarios y en la carpa para los novios, la libertad de horarios y de todo lo que se les ocurra a los chicos para su boda, la exclusividad y los precios tan asequibles para las parejas, han conseguido que Montealegre sea, en la actualidad, un lugar único, especial y DIFERENTE.